Cerrar ciclos es algo que nos cuesta mucho trabajo, pues hemos sido educadas para relacionarnos desde lugares que no son del respeto y el cuidado a nosotras mismas, se nos ha dicho que amar es sufrir y nos cuesta distinguir cuando es momento de cerrar ciclos. Un buen termómetro para distinguirlo es revisar las relaciones no necesariamente tienen que ser amorosas o sexuales, hábitos, creencias, proyectos, que generan un exceso de tensión en nuestra vida , nos quitan atención del presente, disminuyen nuestra energía creativa, el amor propio y nuestra capacidad de sentir gozo, nos desconectan de disfrutar de nuestro cuerpo.
Te comparto una reflexión para articular los cierres de ciclos, colocándonos desde el lugar del Amor propio y el respeto, y desde la honestidad con nosotras mismas.